Puerto Rico - sumido en la esclavitud obrera gracias al neoliberalismo capitalista representado por Fortuño y sus secuaces.
Hemos regresado al pasado esclavista. Tiempos de esclavitud en que el obrero no tenía derechos. Su único derecho era romperse la espalda para que unos pocos acumularan riqueza. Sus talentos no servían para otra cosa. No disfrutaban de beneficios marginales como vacaciones o licencia por enfermedad, no tenian plan medico, el horario de trabajo era como quisiera el patrono. El obrero era una herramienta más de trabajo que cuando se desgastaba era desechada como basura.
Existía la esclavitud negra, el trabajador no recibía salario o beneficio alguno más allá de un rincón para dormir y un poco de comida suficiente apenas para mantenerlo vivo.
La esclavitud blanca era un poco diferente, el trabajador recibía un misero salario por hora el cual no le alcanzaba para vivir. Trabajaba de diez a dieciséis horas diarias, seis o siete días a la semana, sin ningún derecho laborar. El patrono maltrataba con su látigo y el gobierno de los ricos, no intervenía. Era cómplice silente.
Con el tiempo la lucha de los obreros, aglutinados en uniones obreras, lograron cambiar todo esto. Se legislaron leyes que concedieron derechos a los trabajadores. Lamentablemente el avance del neoliberalismo a trastocado todo esto. La oligarquía ha logrado comprar conciencias en los gobiernos del mundo, vender muy bien sus ideas de lo que debe ser el gobierno y han logrado derogar leyes obreras en prejuicio del proletariado.
Lo que ha pasado en Puerto Rico
El neoliberalismo:
No es otra cosa que las nuevas ideas y estrategias de negocio que buscan aumentar, aún más, la riqueza en manos de unos pocos. Se apoderan del gobierno, lo desmantelan, y lo que queda lo ponen en manos de los ricos. Esta estrategia es promovida y empujada por el "stablishment" (los ricos) y sus ferviles lacayos, eñangotados sin conciencia ni dignidad.
En Puerto Rico, estas ideas y estrategias son apoyadas por los políticos de turno, neoliberalistas confesos, principalmente políticos del Partido Nuevo Progresista y algunos del partido Popular Democrático. Han logrado destruir, a espaldas de los humildes en nuestro país, las leyes que protegían al obrero del atropello y explotación de los ricos. Leyes que fueron el logro de las luchas de hombres, hoy próceres de la historia de Puerto Rico, como Santiago Iglesias Pantín y otros.
Veamos los resultados de la implantación del neoliberalismo en Puerto Rico:
Paga mínima:
Después de diez años sin aumentarle el salario mínimo por hora a los obreros de nuestro país - y de que la oligarquía puertorriqueña (los ricos) lograran aumentar su inmensa riqueza (gracias a la pobreza que fomentó ese congelamiento de salarios) - los ricos de Puerto Pico... no están conformes; ¡Quieren más, mucho más!
La estrategia para lograrlo:
La estrategia neoliberal verdaderamente funcionó. Nuestros políticos traicionaron al pueblo. Unos porque le venden el alma al diablo, y hasta venderían su madre al mejor postor, y otros porque son unos imbéciles a quienes se les engaña fácilmente y que no conocen lo que es el neoliberalismo y como ha afectado a otros países. Como resultado, estos políticos le facilitaron a los grandes intereses sus objetivos... aumentar su riqueza a costa de sumir en la extrema pobreza a nuestro pueblo.
Los empresarios lograron implantar su estrategia de eliminación de plazas y reducción de horas de trabajo, tanto a profesionales ya mal pagados, como a obreros pagados al mínimo federal. De esta manera el aumento del salario mínimo por hora no tendría efecto alguno sobre sus ganancias debido a que dicho aumento, realmente, nunca llegaría a los bolsillos del obrero.
El dinero:
El dinero que debió llegar a los bolsillos de los obreros empobrecidos, no llegará. Ese dinero del aumento en el mínimo federal irá a acumularse en los capitales privativos de los grandes señores. El gobierno se hace de oídos sordos. Realmente no les interesa si las empresas se burlan del aumento. Claro, los ricos necesitan este dinero para adquirir y/o mejorar sus mansiones, yates, aviones, automóviles lujosos, ropa de lujo y muy cara, joyas, viajes de lujuria, galas donde comprar lo caro y presumir de lo que tienen. Así disfrutaran, sin cargos de conciencia y dominados por la avaricia, de la más extravagante opulencia, mientras el obrero, mirado por encima del hombro, se hunde en la miseria.
Proyectos de ley, perdida de beneficios:
La clase pudiente empresarial, presentó proyectos de ley para reducir o eliminar beneficios marginales a los obreros. Cabildearon y compraron conciencias hasta lograr su aprobación. Se perdió la garantía de la jornada normal de trabajo de 40 horas, los empleados no logran acumular las horas necesarias para tener derecho al bono de navidad, se redujeron beneficios de licencia por enfermedad, se perdió la liquidación del exceso de días por enfermedad acumulados. También se redujo la cantidad de días de vacaciones regulares a acumularse. Se eliminó el pago de horas a tiempo doble durante la semana de trabajo y además lograron que el gobierno no los obligara a pagar el cincuenta por ciento del costo de plan medico de empleados según reza la ley. La ley de tiempo flexible permite que el patrono haga lo que le dé la gana con el horario del trabajador. No importa la familia, no importa nada ni nadie.
Salarios de hambre:
Debido a los salarios de hambre que se pagan en Puerto Rico, los padres de familia tienen que sacrificar la salud y el bienestar de sus familias. La delincuencia es producto directo de esta tragedia humana. Los padres tienen que tener dos o tres trabajos para así poder mantener su familia. Inclusive, los hijos tienen que trabajar para poder aportar al sostenimiento del hogar. En ninguno de estos trabajos acumulan beneficios y las horas de trabajo durante la semana equivale a esclavitud.
El pasado obrero:
Hubo un momento en la historia en que un padre de familia podía trabajar y mantener su familia sin la necesidad de que su esposa trabajara. Hoy día, los padres (mamá y papá) trabajan un promedio de 120 horas a la semana. Un promedio de 60 horas hombre a la semana. En otras palabras, con su estrategia, los ricos empresarios lograron aumentar la jornada de trabajo al obrero, de 40 a 60 horas, sin que les costara un centavo. Hay casos en que los hijos tienen que trabajar así que las horas trabajadas por la familia puede llegar a 160 o más. El total del ingreso devengado por una familia de hoy día equivale al ingreso que recibía un padre de la familia por trabajar una semana laborar de 40 horas hace veinte años atrás. En otras palabras, 160 horas de trabajo hoy, producen el mismo poder adquisitivo de 40 horas de trabajo de hace veinte años atrás. Esto significa que según el dolar fue perdiendo poder adquisitivo, el trabajador fue haciéndose más y más pobre y el rico más y más rico. El trabajador ha tenido que aumentar sus horas de trabajo para compensar la perdida de poder adquisitivo. El rico lo que hizo fue utilizar la tecnología para desplazar al hombre, congelar los salarios y beneficios de los pocos trabajadores que la tecnología no pudo desplazar, con todo y el ahorro en costo aumentaron los precios de venta y a la larga, pudieron hacerse más ricos y poderosos que nunca antes. Todo gracias a la tecnología y a los corruptos políticos de turno que trabajan para el capital. Esta es la estrategia devoradora neoliberal. Solo hay que buscar las estadísticas de la riqueza. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Con el paso del tiempo los adelantos tecnológicos desplazaron los obreros. Hoy día existen tiendas de venta de equipo electrónico que no necesitan empleados para atender su clientela. Funcionan como maquinas de dulces. Le echas los dólares y te envían a tus manos el equipo que quieres. Solo necesitan un empleado que le devuelva el inventario de lo vendido. Hay cajeros automáticos que te cobran tu factura y máquinas que te dan boletos para hacer turno. La ironía es que nunca he visto un cajero automático haciendo fila en un supermercado.
Repitiendo, la nueva tecnología trajo ahorros sustanciales a las grandes compañías. Estos ahorros produjeron elevados porcentajes de ganancias. Pero los avaros depredadores querían mucho más. Por lo tanto, el ahorro en costo (ganancias adicionales), no se transfirió equitativamente entre ahorros al consumidor, mejores salarios y beneficios para los empleados, y el correspondiente y justo aumento de capital para el que hizo la inversión. Por lo contrario, toda esa nueva riqueza, derivada de la tecnología, fue a dar a las mismas arcas, arcas que ya estaban suficientemente llenas. Las mismas pertenecen a la misma oligarquía, tanto en Puerto Rico como Estados Unidos y otras partes del mundo.
Mientras la tecnología logró aumentar la riqueza, la consecuencia directa de este capitalismo neoliberal salvaje fue un aumento en la pobreza de los trabajadores. Es la formula perfecta para los dueños de la ambición. En otras palabras, la tecnología ha servido para crear y aumentar la pobreza mientras aumenta la riqueza de unos pocos.
Según siguen pasando los años los derechos de los trabajadores siguen siendo destrozados, pisoteados. Tecnicismos legales, leyes obreras enmendadas o derogadas. Elegimos políticos que engañan y les falta la moral intelectual y social y la sensibilidad humana necesaria para entender las necesidades del pueblo trabajador.
Lo que se observa...
Recientemente observe como una trabajadora de la limpieza, en un famoso hospital de Mayagüez, se agitaba de lado a lado, no paraba, su respiración era agitada, pasaba el mapo (trapeador) con tal ligereza que los músculos de sus brazos se contraían como los de aquel que levanta pesas y quiere desarrollar poderosos músculos a costa de un gran esfuerzo. Parecía que le iba la vida en lo que hacia. No paraba un segundo. Me acerqué y le pregunté... ¿Porque usted esta tan apurada, tan agitada?, ¡Esta usted a punto de desfallecer! Ella me mira con ojos de asombro y me dice: nunca pensé que alguien se fijara en la manera tan esclavizada en que me tienen trabajando. Señor, si me ven hablando con usted me despiden.
Ese es el cambio... hemos vuelto al pasado esclavista.
