Usted no se ha comido una gallina de palo, pues dicen que la carne es parecida a la del pollo y que es muy rica. Detrás de la urbanización donde vivo hay un mangle. Habitan muchas iguanas conocidas también como gallinas de palo. Nos visitan constantemente, se meten a nuestros patios, se comen los huevos de los pájaros y principalmente, asustan a las amas de casa - que por lo regular le tienen miedo a una cucaracha, o a una mariposa - imaginen encontrarse con ese monstruo que puede llegar a tener mas de dos pies de largo.
Varios lectores de ELNUEVODIA.COM expresaron que las iguanas que entran a sus patios se han comido los alimentos que esperaban cosechar, las flores y otras plantas ornamentales.
“Si, las cosas esas. Hice una siembra de lechugas y me las comieron. Las detesto”, escribió una lectora.
“Me comen las amapolas y mis verduras”, dijo otra lectora, quien añadió que su perra se come las iguanas.
“Son parte de nuestra naturaleza”, indicó una persona, en defensa de las llamadas gallinas de palo.
Mientras que otros apuntaron a incidentes en la carretera en que se han topado de súbito con una iguana y han estado a punto de accidentarse.
Algunos prefirieron bromear con el tema, como un lector que afirmó que una iguana le “robó el carro”, pero “lo devolvió, lavado pero sin gasolina”.
Se comen el jardín del Supremo
Un jardín de $13,000 en el Tribunal Supremo fue arrasado totalmente por unas 50 o 60 especímenes; una subestación de la Autoridad de Energía Eléctrica fue casi socavada por ellas; y una fábrica en Dorado se vio afectada por una inmensa colonia de estas.
Las gallinas de palo causaron todo eso.
Y una 'nueva' modalidad reportada en su comportamiento, aunque no resulte peligrosa ni dañina, es que gustan de darse chapuzones en las mejores piscinas y jacuzzis que puedan hallar.
"Necesitan en cuerpos de agua. El agua la toman de las plantas que consumen", dijo el sargento Ángel Atienza, del Cuerpo de Vigilantes del Departamento de Recursos Naturales. "Donde hay agua ellas viven a plenitud. Es lo mejor para ellas".
Este diario supo de vecinos de Gurabo que, al flotar placenteramente en su piscina sobre alguna balsa, han sufrido la sorpresa de haber visto una gallina de palo en el fondo de sus piscinas.
Desde el centro de mando del DRNA, un vigilante que no quiso ser identificado, explicó que alrededor de un 10% de todas las llamadas que reciben son asuntos relacionados con gallinas de palo, y que de ese número, alrededor de un 3% se trata de iguanas sumergidas en piscinas.
La mayoría de las llamadas, dijo, se generan desde el área metropolitana de San Juan.
En Gurabo, mientras, otros vecinos han denunciado que especímenes de estos, con su vegetariano paladar gourmet, han acabado completamente con diversas áreas plantadas con orquídeas.
En esa línea, Atienza dijo que el DRNA tuvo que hacer un plan de trabajo para erradicar las gallinas de palo de la sede del Tribunal Supremo en San Juan, donde un jardín que costó alrededor de $13,000 fue devorado en varios meses por estos voraces reptiles.
Atienza estimó en más de un millón la cantidad de gallinas de palo en Puerto Rico, y llamó la atención ante este problema, ya que, según explicó, cada nido de gallina de palo puede tener ocho o nueve pies de profundidad -lo cual debilita el terreno - y en cada uno pueden depositar entre 40 y 70 huevos.
El resultado es que se podrían cuadruplicarse en menos de un año.
Explicó que hace un tiempo, el DRNA tuvo que rescatar el área de dique y canales que está frente al balneario de Punta Santiago en Humacao, ya que estaba resultando socavado por los 107 nidos y 52 gallinas de palo que fueron encontradas en la zona.
"Pero lo estamos trabajando. Una de las prioridades del secretario (Daniel Galán) es que este asunto, al igual que el de los monos y los caimanes, sean atendidos con prioridad", sostuvo Atienza.
Sin embargo, llamó a la población a aprender "a convir con ellas" colocando verjas, mallas y otro tipo de protección para evitar que se acerquen las gallinas de palo, como han tenido que hacer con los cocodrilos los residentes de algunas ciudades de Florida, dijo.
Calidad de vida, El Nuevo Día
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